jueves, 22 de octubre de 2009

NUEVO LIBRETO (El sacrificio de Isaac)

Narrador: Dios le prometió a Abraham que tendría muchos descendientes. Abraham era un anciano y tenía un solo hijo, Isaac.

(Sara en una silla trabaja con hilos. Abraham camina muy despacio y mirando devastado.)

Sara: Abraham, ¿Qué ocurre?

Abraham: (cansado) Nada, Sara, el niño y yo sólo vamos a dar un paseo a la montaña.

Sara: ¿Un paseo a la montaña? ¿Qué montaña? Las montañas estan muy lejos, ¿Qué es todo esto?

Abraham: Déjame solo, Sara.

Sara: ¿Dejarte en paz? Abraham, tienes mas de cien años de edad. No tienes edad para dar un paseo a las montañas.

Abraham: (con firmeza pero con esfuerzo evidente) Dios me dijo que fuera a las montañas e hiciera un sacrificio, asi que iré.

Sara: ¿Un sacrificio? Bueno, supongo que si Dios lo manda, tú debes obedecer. Le diré a los siervos que lleven un poco de madera y un cordero.

Abraham: Eso no será necesario. (Se sienta en un asiento)

Sara: Abraham, sabes que ya no tienes edad para preparar la leña y el fuego de un sacrificio en la montaña. Alguien debe ir contigo. Supongo que habrá un montón de rocas alrededor de la construcción del altar.

Abraham: Bueno, me acompañará un siervo y él llevará la madera cortada.

Sara: (interrumpe) ¿Dios te dirá qué animal deberás sacrificar?

Abraham: (suspirando) Sí.

Sara: ¿Y bien? ¿Qué animal será sacrificado?

Abraham: A Isaac.

Sara: Si, Isaac puede llevar cualquier animal. No obstante, debería estar contigo en caso de que necesite ayuda, pues no posee la información suficiente de cómo agradar al Señor con un sacrificio... (Abraham llora en silencio) ¡Abraham! (Se arrodilla a sus pies) ¿Qué pasa? Porfavor, dime. Tal vez yo pueda ayudar, nada puede ser tan malo que, no podamos afrontarlo juntos.

Abraham: Sara, no entiendes. Dios quiere sacrificar a Isaac.

Sara: ¡Sacrificar a Isaac! No, debes haber oido mal. Dios nunca te pediría eso. Isaac es nuestro hijo y él es el cumplimiento de la promesa de Dios para nosotros. ¿Por qué Dios nos pide que lo mates?

Abraham: (frustado) No sé, Sara. Yo no siempre entiendo lo que Dios pide. Yo sólo sé que estoy comprometido a obedecerle. Dijo que sacrificara a mi hijo. ¿No crees que le pregunté a Dios si había oido mal? ¿No crees que estoy tan sorprendido como tú?. El me dio una orden, tengo que obedecer.

Sara: Pero, Isaac era lo que Dios nos prometió. Su nacimiento fue un milagro. Eso fue hace casi dos décadas atrás. Ciertamente Dios no pide tanto de un hombre.

Abraham: (enojado) Fue la promesa de Dios, y él es de Dios, entonces puede hacer lo que quiera. Isaac es mi corazón. Pero si el Señor ordena esto, voy a obedecer. No hay nada mas que decir.

Sara: Oh, Isaac, hijo mío. (Ambos se sientan en silencio) ¿Qué vas a decirle? ¿Cómo vas a conseguir que esté de acuerdo con esto? Él es mucho mas fuerte que tú, ¿Cómo lo atarás en el altar, si se resiste?

Abraham: (cansancio) No sé, Sara. Tendré que dar un largo paseo para pensar en la mejor forma de hacerlo. Ordena a los siervos que reúnan la madera. (Sara comienza a salir, poco a poco) (Largo silencio) Sara, hubiera sido mejor haberte ahorrado este dolor.

Sara: No, es mejor asi. Oraré por ti e Isaac. (Pausa) Abraham, ¿Estás seguro de que no has cometido un error?

Abraham: No, Sara, no hay error. (Mirando al cielo) Dios, yo no sé cómo voy a hacer esto. Mi hijo, mi Isaac. Pero como me lo has mandado, yo obedeceré.


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Sirviente 1: ¿Por qué Abraham no nos lleva a ninguno de nosotros?

Sirviente 2: El se ve muy triste, e Isaac parece confuso.

Narrador: Mientras subían al monte, Isaac no pudo continuar callado.

Isaac: Padre...

Abraham: Dime, hijo.

Isaac: Dijiste que íbamos a ofrecer sacrificio a Dios. Aquí tenemos el fuego y la leña, pero ¿Dónde está el cordero para el sacrificio?

Abraham: Dios proveerá el cordero para sacrificarlo. Aquí es donde Dios desea que edifiquemos nuestro altar.

Isaac: (pensativo y mirando al suelo) Jamás había visto a mi padre así. Hasta parece estar triste por ofrecer sacrificio a Dios. Siempre está alegre y feliz al adorar.

Abraham: ¡Isaac!

Isaac: ¿Sí, padre?

Abraham: Tú eres la ofrenda que Dios me ha dado.

Isaac: Pero padre...

Abraham: (lo abraza) Confía en Dios, hijo mío.

Narrador: Abraham amarró a Isaac y lo acostó sobre el altar. Lentamente levantó su cuchillo para sacrificar a su hijo, pero...

Angel: No lo hagas daño al niño. Ahora sé que temes a Dios. No me negaste a tu hijo. Tu único hijo.

Narrador: Abraham alzó los ojos y vió un carnero trabajo en un arbusto. Desató a Isaac y juntos sacrificaron al carnero a Dios, alabándolo y adorándolo.

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